"Debo confesarte que mi corazón ya no está más en calma, el solo hecho de pensar tu cuerpo abrazado en otro, como las amarras rodeando cálidamente los mástiles de los veleros, ese simple imaginario me atormenta" dice él intentando frenar un poco el diálogo para no revelar de más con sus palabras. "Acaso ¿Te pusiste celoso?" pregunta ella mirándolo fijamente. Se queda un poco abstraído, piensa: "No puedo decirle que el solo hecho de que la brisa le toque la piel me encela, que cada nuevo nombre o apellido que aparece dando me gusta en sus publicaciones no importando si es Johnson, Pérez, Cádiz o Miller, me saca de balance aún sin entender porque siento esto, solo tengo la certeza en el alma que ninguno de ellos vale lo suficiente para ser dueño de su beso, pero también entiendo que cualquiera está mas cerca de habitar sus labios y su esencia que yo". "Algo, supongo, no sé" contesta escuetamente. El guarda silencio y piensa: "Se que no debo,...