Zen Sabiduría Inmóvil

  Ayer soñé que me amabas de nuevo, caminamos esos paisajes oníricos que solo un alma embriagada con los sutiles alegrías de los años puede crear, nos tomábamos las manos con la plena intención de jamás soltarnos, nos abrazamos sin que el tic tac del reloj importara, no había segundos, minutos que contar, éramos solo nosotros y el mundo. Tu risa inundaba el ambiente, el aire era tu aliento y el cielo tus ojos como antaño, la brisa vespertina me tomaba de sorpresa tocándome los labios hurtando un beso cada tanto tiempo, las gaviotas tejían su danza en el cielo y el sol me acariciaba con su cálido roce. Y desperté... nos miramos sin poder vernos, así a la distancia pensamos lo mismo, porque estando cerca o estando lejos siempre ha sido igual, estamos y ya, pensando al unísono: "Cómo quisiera tener 16 años de nuevo, sería todo tan igual y a la vez tan diferente, se que te buscaría, se que aún sin saber uno del otro nos encontraríamos, porque serías tu y yo sería yo.... Además ya sabe

  Estos días he reflexionado sobre el justo sitio que ocupamos, garantía es que el lugar donde estoy parado es sin duda el lugar donde debo estar, mañana estaré en otro sitio con muchas posibilidades de que ese sea a su vez también transitorio... nada permanece inmóvil. Estoy seguro que en mis soledades es cuando mejor me comprendo, el mundo también es más claro así como los matices que tiene, somos transitorios para las personas, los lugares y la propia vida... todo pasa. En ocasiones otorgamos valor a las cosas, los momentos, los amigos, regalamos el corazón al mejor postor  sin comprender que nadie le dará el valor que realmente tiene porque este solo nos pertenece a nosotros, el amor en cambio ese si puede ser derrochado sin temor a perderse... el amor lo es todo. He visto que este vacío en mí es algo que muchos han sentido, pero pocos han tenido el valor de vivir con el dentro, eso de alguna manera nos reta a caminar en una senda llena de otredades que si bien son ajenas, en una p