"La cigarra susurra el otoño, aves al vuelo veo, el velo de la vida desvanece ante mis ojos. A solo un paso del lago... Temo no volver a ser el mismo" Isaias Ruiz
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Il Mondo
"Maestro, lo he visto contemplar a la gente desde este cerro durante horas, cuando camina por las calles de la ciudad y cuando vamos a algún sitio concurrido. ¿Qué es lo que observa?" le pregunta su discípulo. "Observo la ilusión" contesta brevemente el maestro. "¿La ilusión?" interrumpe el discípulo. "Si, mira, la mayor ilusión del hombre es creer que está en control del sueño de la vida, del tiempo, se desvive y corre tras las cosas banales, el dinero, el que dirán, las posesiones, las personas, de forma tal que se apega al dolor, al amor, a la felicidad, a la experiencia de vivir, a su camino" conteste el monje. "¿Y eso es malo?" pregunta el joven al monje. El monje lo mira con ternura y compasión, sonriendo toma entre sus dos manos las del joven mientras le dice: "No es bueno ni malo, lo importante es no caer en el engaño" El joven mirándole a los ojos le dice: "¿Cuál engaño Maestro?" El Maestro responde: "
El Pueblo
Un viejo monje Zen estaba sentado sobre el breve descanso de la escalera del templo, cuando ve que se aproxima un monje joven con un semblante de encono, el anciano le toma por el brazo deteniendo su apresurada marcha. "¿Qué te sucede?" le pregunta el viejo. "Me encuentro muy molesto con el joven de la taberna del pueblo, ha estado diciendo cosas referentes a mí, así que me dirijo a mi celda a escribir un cartel para ponerlo en medio de la plaza del pueblo" le contesta el monje más joven. "¿Cuál es la finalidad del cartel?" vuelve a preguntar el anciano. "Escribiré en él lo siguiente: EL PUEBLO ANTES Y DESPUÉS DE TUS OPINIONES SIGUE SIENDO EL MISMO con eso le dejaré en claro que no es importante lo que dice" responde de nueva cuenta el monje. Sonriendo el monje más viejo le dice tranquilamente: "Si haces eso el pueblo tendrá un nuevo cartel, así que en realidad no seguirá siendo él mismo".
