El Gran Camino



Un joven discípulo le dice a su maestro:

“Maestro, sé que a donde vamos traes contigo una palabra de aliento, un gesto o un abrazo para quien  se acerque”

“Esa es la esencia de la compasión, compartimos alegrías y tristezas para hacernos más llevadero el camino unos a otros” Contesta con una sonrisa el anciano maestro.

El discípulo le pregunta: 

“¿Entonces la esencia de la compasión es estar ahí para iluminar el camino a otros?”

A lo que el maestro responde:

“Ese es el principal engaño de la mente. No hay que iluminar ningún camino, solo hace falta ser consciente del mismo”.

El discípulo algo turbado le cuestiona:

¿por qué entonces nos movemos constantemente entre pueblos, personas y lugares?

El maestro contesta:

“Cuando sigues el gran camino, uno no se queda dónde ya no es necesario”.



“Lo que sea que venga, déjalo venir, lo que se queda, deja que se quede, lo que se va, déjalo ir”
Amit Ray.



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