El Sueño Fugaz del Deseo...
El más grande lastre del alma es el deseo, caminamos existencias amarrados a cosas y personas que ni siquiera son ni serán nuestras, acostumbrados a llenar el vacío debemos tener a nuestro alcance todo aquello que no nos pertenece, al final es el ego el que impera, y este es insaciable.
Vivimos como muertos sin disfrutar el aqui y ahora, por que el cuerpo esta presente pero la mente esta de viaje, a hecho sus maletas y se ha ido donde está lo deseado, al final le faltamos el respeto al presente, al lugar, al momento, a lo que nos rodea y por supuesto a nuestra propia conciencia.
Sumergidos en el deseo, este nos esclaviza, nos ahoga, nos envuelve y por tanto nos separa de la propia esencia, al final terminamos siendo heridos por el juego de la mente que nos atormenta con cosas que no son, pero que simplemente al desearlas nos hieren.
La vida no es vida sino se desea, el deseo es el motor del hombre y la mente a través de él te controla, toda tu existencia has sido preparado para desear, lo que fuiste, lo que eres y lo que serás es moldeado por el deseo y al final resulta que no es lo que esperabas.
Por eso, puede uno perseguir las cosas, las personas, los momentos, pero al tenerlos como hechizo se rompe la imagen creada por el deseo y se revela la realidad, y esta (regularmente), termina por ser muy inferior a lo deseado, por lo que lo bello y hermoso que era lo deseado ahora se esfuma.
Por eso es preferible vivir envuelto en el deseo que en la posesión de lo deseado...
La conciencia no tiene preferencias, por lo tanto, no desea, solo fluye, si las cosas decidieran atarse a lo deseado nada avanzaría.
Desea pero se consciente de ello, posee y se consciente de ello, y como relámpago te percatarás que entre lo deseado y lo poseído no hay diferencias, porque sino discriminas entre ambos no habrá necesidad de desear ni poseer, porque la vida te dará justo lo que esta para tí.
Vivimos como muertos sin disfrutar el aqui y ahora, por que el cuerpo esta presente pero la mente esta de viaje, a hecho sus maletas y se ha ido donde está lo deseado, al final le faltamos el respeto al presente, al lugar, al momento, a lo que nos rodea y por supuesto a nuestra propia conciencia.
Sumergidos en el deseo, este nos esclaviza, nos ahoga, nos envuelve y por tanto nos separa de la propia esencia, al final terminamos siendo heridos por el juego de la mente que nos atormenta con cosas que no son, pero que simplemente al desearlas nos hieren.
La vida no es vida sino se desea, el deseo es el motor del hombre y la mente a través de él te controla, toda tu existencia has sido preparado para desear, lo que fuiste, lo que eres y lo que serás es moldeado por el deseo y al final resulta que no es lo que esperabas.
Por eso, puede uno perseguir las cosas, las personas, los momentos, pero al tenerlos como hechizo se rompe la imagen creada por el deseo y se revela la realidad, y esta (regularmente), termina por ser muy inferior a lo deseado, por lo que lo bello y hermoso que era lo deseado ahora se esfuma.
Por eso es preferible vivir envuelto en el deseo que en la posesión de lo deseado...
La conciencia no tiene preferencias, por lo tanto, no desea, solo fluye, si las cosas decidieran atarse a lo deseado nada avanzaría.
Desea pero se consciente de ello, posee y se consciente de ello, y como relámpago te percatarás que entre lo deseado y lo poseído no hay diferencias, porque sino discriminas entre ambos no habrá necesidad de desear ni poseer, porque la vida te dará justo lo que esta para tí.
"Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos".
Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.
hola prof..
ResponderBorrarde todas sus publicaciones es con la que mas coincido al final todo lo que vemos y poseemos es resultado de un deseo. Los sueños juegan con nuestra conciencia y nos llevan a desear lo inalcanzable, pero es suficiente un minuto de valor para superar la ficcion.
Hola Maestro, yo como paola, coincido que el deseo es el lastre del hombre, por que de alguna manera el deso nos encierra en un mundo basado en un sueño.... sin embargo, muchas veces el deseo nos impulsa a llegar a algo, y nos lo pone como un objetivo, pero pues uno debe tener los pies en la tierra para no perdese...
ResponderBorrarSaludos.....
Me da gusto que compartamos el mismo sentir por el deseo, la cuestión claro esta, es no perderse en el olvidándose de lo que se tiene.. Un abrazo
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